🥇¿Cómo saber qué técnicas de relajación son adecuadas para mí?🥇

Técnicas de relajación

Hay muchas técnicas de relajación útiles para enfrentar el nerviosismo, la ansiedad y el estrés. Algunas son muy populares y las puedes encontrar con facilidad, sobre todo en YouTube.

Pero no todas tienen por qué funcionar contigo: algunas lo harán y otras no. Cada quien es diferente y no existe una sola técnica de relajación que le sirva a todo el mundo (¡ojalá fuera así!).

Pareciera entonces que solo te queda probar con varias hasta dar con la adecuada. Y, si estás con suerte, puede que resuelvas con la primera. En tal caso, solo tienes que usarla cada vez que lo necesites.

Pero yo no me conformo con eso. Tiene que haber una forma de saber si una técnica de relajación determinada es adecuada para ti, ¿verdad? Alguna pista para no ir la deriva probando una tras otra.

Bueno, te tengo una excelente noticia: sí la hay. Aunque la mejor forma es probar tú mismo, puedes aprender a descartar las técnicas que no van con tu personalidad.

Así te ahorrarás tiempo y esfuerzo, y más rápido encontrarás la que realmente te ofrezca un momento de paz y profunda relajación.

Tipos de técnicas de relajación (y en qué tipo de personas NO funcionan)

1. Técnicas de respiración

Las técnicas de respiración son las más populares.

Algunas consisten en controlar la duración, profundidad y hasta las partes del cuerpo que intervienen en la respiración con el fin de calmar la mente y el cuerpo.

La respiración diafragmática o abdominal, la de fosas nasales alternadas y la completa son los mejores ejemplos de técnicas de control de la respiración.

En cambio, otras técnicas de respiración se basan en simplemente observar cómo respiras, sin tratar de controlar nada.

Simplemente, observas cómo entra / sale el aire por tus fosas nasales, o como se dilata / contrae el abdomen. Estas técnicas pueden ir acompañadas de recursos como contar las respiraciones, visualizar el aire, etc.

¿Para quiénes NO funciona?

Si eres una persona muy impaciente, ansiosa, irritable o controladora, tienes problemas de concentración o acostumbras a pensar demasiado o racionalizar las cosas, usar la respiración NO es una buena idea.

La respiración es muy sutil, monótona y cadenciosa, lo que puede llegar a exasperarte, lo que te podría poner más inquieto en vez de relajarte.

Además, en tu caso es muy probable que la mente se te vaya lejos y se ponga a pensar en otras cosas, o te dé por evaluar si lo estás haciendo bien, si está funcionando o no, etc. Y esto podría causar un conflicto en tu interior.

Cualquiera que sea el caso, tratar de forzar la concentración, controlar cómo te sientes o reducir el ritmo de tus pensamientos, solo logrará que te sientas peor.

2. Técnicas de relajación basadas en la contemplación

Técnicas de contemplación

Las técnicas de relajación basadas en la contemplación centran la atención en un objeto para calmar la mente y el cuerpo.

Al centrarte en un objeto determinado, no hay espacio en cabeza para las preocupaciones, distracciones o pensamientos negativos. El resultado es que, en unos minutos, la mente se “olvida” de lo que le molestaba y se calma.

La observación de la respiración es un tipo de contemplación, pero también observar objetos mentales (un color, una figura geométrica, un paisaje, una palabra, etc.) u objetos externos como una flor, un mándala, una vela o la punta encendida de un incienso, por citar ejemplos.

En realidad, no importa qué objeto utilices, siempre y cuando evoque una sensación positiva en ti, y te provoque cierto interés. De lo contrario, a tu mente le será muy difícil mantenerse enfocada.

También debes saber que una excelente variante es usar sonidos. Puede ser música, un sonido ambiental o de cualquier otro tipo.

¿Para quiénes NO funciona?

Casi nadie tiene problemas con las técnicas de relajación basadas en la contemplación. Eso sí, debes asegurarte de usar un objeto que vaya con tus características.

Por ejemplo, si te cuesta trabajo visualizar, no tiene sentido que contemples objetos mentales como colores, figuras, paisajes, etc. En tal caso, lo mejor es acudir a un objeto físico que te cause interés, no importa si está estático o en movimiento.

Ahora bien, si tienes algún problema visual, debes utilizar un objeto amplio, como la foto de un paisaje o un lienzo de color. Y evitar enfocarte en los detalles, prestando mayor atención al conjunto.

Una variante que funciona en casi todo el mundo, es contemplar sonidos. De hecho, enfocarte en sonidos puede activar circuitos sinestésicos que evoquen visualizaciones en las cuales enfocarte.

3. Técnicas de visualización

Técnicas de visualización

Lo cierto es que muchas técnicas de relajación utilizan la visualización, ya sea como objeto de relajación primario o secundario.

Imaginarte sonriendo, en una playa o junto a una persona amada, y sumergirte profundamente en el escenario mental, son ejemplos de técnicas de visualización como objeto primario, ya que de por sí te relajas.

Visualizar el aire que entra / sale por tus fosas nasales mientras respiras, las sensaciones corporales o la energía que corre por tu órbita microcósmica, son ejemplos de técnicas de visualización secundaria, ya que por lo general acompañan a otras técnicas de relajación.

¿Para quiénes NO funciona?

Las técnicas de relajación no son adecuadas para dos tipos de personas: quienes les cuesta trabajo visualizar, y quienes sufren de algún trastorno mental.

En este último caso (tener un trastorno mental), es probable que una imagen mental positiva se trasforme en una negativa o le hagas rechazo por algún motivo afectivo, ya sea consciente o inconsciente.

Por eso, si es tu caso, te recomiendo utilizar técnicas de respiración (no siempre) o de contemplación en objetos externos o sonidos (sobre todo música).

4. Meditación en las sensaciones

Las técnicas de meditación en las sensaciones figuran entre las más poderosas, y las que mejor le funcionan a casi todo el mundo.

Cabe decir que las sensaciones pueden ser físicas o emocionales.

Las físicas son las sensaciones de tu cuerpo (presión, calor, vibración, etc.) ya sea en tu piel o en el interior. Y las emocionales ocurren a nivel mental, por ejemplo una sensación de compasión, amor, alegría, ecuanimidad, etc.

Puedes relajarte al recorrer las sensaciones de tu cuerpo desde la coronilla hasta los dedos de los pies, centrándote en el calor de tus manos, etc.

O bien ir a tu dimensión emocional y crear una sensación de amor, compasión, alegría, tranquilidad, etc. y quedarse con ella por un rato. Es posible que necesites visualizar o recordar algo agradable, pero algunas personas invocan la emoción a voluntad.

¿Para quiénes NO funciona?

Si tienes algún conflicto con tu cuerpo, definitivamente no te recomiendo usar técnicas de relajación que impliquen observar tus sensaciones corporales. Lo mejor es, en este caso, invocar una emoción agradable y permanecer con ella.

De hecho, en general las sensaciones emocionales son mucho más efectivas y funcionan en un mayor número de personas, siendo inmunes a los conflictos internos, la racionalización, etc.

Además, como son agradables y “elevadas”, es mucho más fácil mantenerte enfocado en ellas.

5. Técnicas de autosugestión

Las técnicas de autosugestión consisten en darte suaves órdenes o comandos mentales para irte relajando progresivamente.

Un ejemplo clásico es el entrenamiento autógeno, en que vas relajando una por una cada parte de tu cuerpo, diciéndote cosas como “ahora mi brazo está relajado… más relajado… más relajado”.

¿Para quiénes NO funciona?

La autosugestión funciona bien para muchos, pero no todos, ya que algunas personas no responden muy bien a la autosugestión (por lo general, son los mismos que no pueden ser hipnotizados).

Si eres una persona muy impaciente, ansiosa, irritable o controladora, o si sueles racionalizar demasiado, es posible que no funcione contigo.

La razón es que la autosugestión funciona cuando te dejas llevar, cuando te dejas guiar.

Y las partes de tu cuerpo no siempre se relajan tanto como quieres ni en el momento que deseas. Si intentas forzar las cosas o te impacientas, no solo no funcionará, sino que terminarás más estresado.

Hasta aquí, espero ya conozcas los tipos de técnicas de relajación adecuadas para ti antes de lanzarte a probar lo primero que encuentres.

En los siguientes artículos hablaré de las principales técnicas de relajación de cada tipo. Si te interesa, suscríbete a mi blog para recibir una notificación por correo cuando publique cada artículo.

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